miércoles, 25 de junio de 2014

Comentario sobre Los Niños Perdidos de Laila Ripoll

Al comienzo de la obra de Laila Ripoll, el lector se encuentra en medio de un escenario de bromas y juegos infantiles. Sin más información de fondo, Ripoll describe el desván de un orfanato ocupado por cuatro niños de diferentes edades. Al principio es difícil  clasificar los eventos que ocurren. El diálogo entre los niños se interrumpe constantemente por rencillas infantiles y los eventos parecen caóticos.  Los niños Cuchachita, Lázaro, Marqués y Tuso se refugian en el desván porque tienen miedo de una de las monjas del orfanato. La obra empieza con las palabras “ . . .porque es todo un ensueño en la mente de mi madre, que, por estar ya muerta, sola también está con los remordimientos.” El significado de esta introducción se resuelve sólo al final de la obra, cuando entendemos que todos los hechos descritos anteriormente ocurren únicamente en la imaginación de Tusos. Esta es exactamente la razón por la cual los diálogos a veces son poco claros y, otras veces, se reproducen de una forma más exacta. Como es típico de las narraciones infantiles, los diálogos no siguen una estructura lineal de acontecimientos. Sin embargo Tuso, cuenta con  muchos detalles el suplicio experimentado por sus amigos y recuerda muy bien de los suyos propios. Así que a Tuso, por ejemplo, le cantan  una canción que esta relacionada con los terribles recuerdos de su infancia y todavía parece traumatizado por este recuerdo. La obra, por los recuerdos Tusos, representa crueles tormentos de diferentes infancias de una manera que hoy en día parece dramática y exepcional, pero las cuales, en aquel tiempo, eran bastante frecuentes. Parece que la autora pretende señalar, como podemos ver también en el título de la obra, que la Guerra Civil  no sólo dejó víctimas adultas, sino también  muchas almas infantiles de los niños perdidos de las cuales no deben ser olvidadas. Ya con en el texto de presentación la autora desarrolla el tema principal y dice “En este país ha habido una dictadura [...] Y yo no sé por qué hay gente empeñada en no querer hablar de ello...”. Con todas sus descripciones crueles y con detalles precisos en los cuentos de los niños, la autora probablemente desea que el publico tenga presente que no se debe cerrar los ojos ante este problema, como ella misma confesó en una entrevista que le realizaron: “Yo no puedo vivir de espaldas a esto.”



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